Cutarras Doradas
- Ana Karem Castrellón
- 8 jul 2016
- 2 Min. de lectura

Hoy me puse mis cutarras doradas y me di una vuelta por uno de mis lugares favoritos en la ciudad. Estoy segura que también es uno de los tuyos: El Casco Antiguo.
Desde que entro al Casco tengo la sensación de que estoy de viaje. Su arquitectura, sus calles, monumentos y la hermosa vista que tiene hacia el mar lo hace un lugar perfecto para, literalmente, cualquier ocasión. Y algo que me me parece muy interesante del Casco no es solo sus paisajes, sino que se ha convertido en uno de los lugares en la ciudad con más desarrollo de ofertas gastronómicas. En cualquier rinconcito te encuentras con un muy buen restaurante, un café, un bar o una heladería (mis favoritas jaja).
Hoy en particular fui en busca de mis rapao' rojo con mucha leche condensada y malteada encima. Para la foto,de hecho, estaba buscando uno de esos que vienen en sus conos de papel emblemático, pero al pasar por el primer raspadero (el cual solo vendía en vaso), este vio mis cutarras doradas y las alagó, me convenció de comprarle jaja.

Luego de mi raspao' y de caminar un rato por las calles del Casco, decidí pasarme por el Mercado del Marisco a comerme un ceviche solo porque lo amo, y tenia mucho sin comerme un buen ceviche. Antes ya había probado el ceviche del mercado, pero debo confesar que nunca había ido a comer en el propio Mercado. así que al llegar allá vi como unos 7 puestitos distintos y no sabia donde comprar. Fue la sonrisa de un señor que me limpiaba la mesa para que yo me sentará la que me animó a entrar a uno de ellos. Disfruté mucho de ese ceviche en la compañía de mi novio, el cual terminó comprándome una rosa- -aunque le dije que no lo hiciera- gracias a la "labia" del muchacho que las vendía.
Para finalizar este post, debo compartirles que hoy aprendí algo muy valioso: no solo el lugar, tu compañía o la circunstancias crean una buena experiencia, en su mayoría la actitud de las personas -en especial de aquellos que en algún momento brindamos un servicio a los demás- son las que crean una experiencia memorable. Tanto el raspadero, como el mesero y el vendedor de rosas tuvieron mucho que ver en que mi salida de hoy fuera buena. Me deja con una buen sabor de boca que hay panameños que aún tienen ganas de hacer las cosas bien y brindarle una sonrisa a los demás.
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